El río, en muchos Belenes, tiene personalidad propia, lo bastante como para dedicarle un articulo en esta serie.
De múltiples y variadas técnicas, que van desde el simple papel pintado de azul o papel de aluminio hasta complicadas obras de ingeniería y maquetismo capaces de ofrecernos un río de agua y fondo creíbles.
Esta variación nos lleva a ver ríos planos de papel pintado (con rotulador o pinturas) de papel de aluminio, de papel charol, de cristal con aluminio o papeles diverso bajo él, de espejo, etc.; ríos con volumen de escayola vacíos o rellenos de gelatina trasparente o azul; y por ultimo, los más elaborados, ríos con bases plásticas, sean rígidos o de plástico flexible con un soporte de otro material, siendo en ellos lo más importante sus características de impermeabilidad, ya que se trata de conseguir un cauce por el que discurra el agua… sin que se salga de él.
En todo caso no hay pruebas que cerca de Belén existiera un río cercano, al menos más cercano que el Jordan, este es un elemento decorativo tipio de la mayoría de los Belenes.
