Los momentos de septiembre y enero son por diversos motivos puntos de un nuevo comienzo. En septiembre el retorno del curso escolar, que condiciona las vacaciones de muchos (y no solo relacionados con el entorno educativo) es la escusa para plantearse nuevos retos o realizar los proyectos aplazados. En enero, la arbitrariedad del calendario que fijó el inicio del año en lo más profundo del invierno por intereses logísticos… o más bien político-militares en la época de las guerras en Hispania, hace que sea un punto de reflexión y nuevo comienzo.
Pero estos días, en una ambiente festivo y lúdico, en el que se pierden los origines iniciáticos, la tierra de Valencia en la que vivo ha celebrado una vez más las fiestas de fuego, de la purificación y la renovación que fueron adoptadas por la Iglesia en honor a San José, curiosamente un par de días antes del equinoccio que marca el inicio del renacer de la primavera.
Ciertamente hoy día estamos ante un evento principalmente lúdico, lo que no deja de poder ser usado para interiorizar la quema de nuestros agobios y pesares y aprovechar el día de hoy para un nuevo comienzo. También aprovecho, pues así han coincidido las cosas, que he terminado mi último proyecto de bricolaje para anunciaros el nuevo enfoque que se vera con el montaje de esta tarde… aunque no creo que pueda tener subidas las fotos antes del miércoles.
Eso no quiere decir que no os siga trayendo proyectos de obras y decoración, pues tengo algunos guardados en el tintero y alguno que sé que al final realizaré; y aunque menos documentados, también os traeré algunas obras, encargadas por mí pero realizadas por operarios contratados. Pero de momento necesito un tiempo de reflexión, en lo que respecta a realizar cosas.
