Casas, ese gran robo

El pasado fin de semana la tertulia fue curiosa. Estuvo con nosotros un amigo dedicado al mundo de la construcción, al que hacía tiempo que no veíamos debido a que estaba llevando algunos proyectos fuera de España, y otro de ellos era ingeniero de calidad, durante un tiempo estuvo en empresas de automovilismo pero con la crisis su departamento fue uno de los primeros en recortar personal (no haré más comentarios al respecto) y actualmente ha formado su propia empresa de optimización (que no es exactamente lo mismo que calidad) especializándose en ver dónde se pueden recortar gastos sin bajar —demasiado— en facturación (Y el inciso en este caso es literal, o al menos así lo presenta.

También hace tiempo que lo veíamos pues aunque es un firme defensor de la reforma laboral, debido a varias decisiones de los jueces de los tribunales laborales sus clientes tuvieron que cambiar sus planes de salvamento por un cierre drástico y total. Así que con algunos, pocos, éxitos en la cartera se fue a asesorar al extranjero.

Debido a la coincidencia de ambos surgió el debate sobre el plan PIVE y los motivos para apoyar a la empresa automovilística y no al sector inmobiliario. Debido a lo extenso del mismo he decidido que más que un artículo especial del fin de semana le voy a dedicar una serie corta, como si fuese un proyecto, solo que sin resumen final.

Los temas que desarrollaré en los próximos serán:

¿Fiscalidad de la vivienda?: Real o robo.

El precio, esa gran mentira.

Vivienda y coche: intervención o apoyo.

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