Filtro con autolimpieza

Vivir en el campo tienes sus ventajas, muchas, y algunos inconvenientes. Entre ellos está la cuestión de las instalaciones. Aunque realmente no sé si en el caso de una ciudad puede pasar lo mismo, pero posiblemente no. El caso es que el agua que bebemos es de pozo, una agua con mejor sabor que la de la capital (que, sinceramente, sabe a lodo) aunque en ocasiones dudamos de si está lo bastante tratada (apenas se nota el cloro, salvo en Pascuas y verano) y debido a ser pozos de la zona de Valencia el nivel de cal es alto. Así que para asegurarnos la calidad del agua usamos un descalcificador y un filtro de osmosis… Pero no solo eso. También, para proteger esos equipo instalamos un filtro y un limitador de presión. El segundo pues las montañas y la altura hacen que en nuestra zona la presión sea alta, más de lo que aconsejan los fabricantes de los equipos y el primero porque en más de una ocasión nos tocó desmontar el segundo para limpiarlo de impurezas y barro que viene por la tubería.
Filtro con autolimpieza
La ventaja del filtro es que se puede limpiar sin necesidad de desmontarlo y que, naturalmente, evita que se obstruya el regulador y los demás elementos de la casa. El problema es que la forma de limpiarlo consiste en abrir una llave de paso para que el agua salga por una ubicación diferente, junto con las impurezas. Pero claro, el filtro está dónde tiene que estar por la instalación, no porque su limpieza no sea inconveniente, así que siempre acabamos con una amplia zona de la entrada de la casa inundada. Para evitarlo decidimos ponerle una tubería que lo canalizase.

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