Habitualmente os traigo a la sección de trucos algunos atajos o apoyos que he ido usando mientras realizo alguno de los montajes de bricolaje, también alguna solución que en su momento me pareció imaginativa y diferente que decidí adoptar.
Pero el truco de hoy es diferente, pues ni lo ideé yo ni lo realicé yo, eso sí, soy quien lo disfruta, por decirlo de alguna manera.
Y es que en mucho momento animales y … (poner cualquier otra cosa que se so ocurra) son incompatibles. En este caso la incompatibilidad surgió con una perra de aguas y el remolque.
La historia es simple: mi mujer decidió dejar a la perra de aguas en la misma zona de parcela que usamos como aparcamiento para el remolque, un amplio espacio de cinco por doce cercano a l valla, por lo que así podía actuar como guardiana y ladrar, al menos, al que se acercase. El problema es que le dio por morder todo lo que encontró, y así destrozó todas las macetas de plástico, con sus correspondientes plantas, y, que es lo que me afectó, el cableado del remolque. De lo cual me di cuenta cuando al ir a usarlo comprobé que no funcionaban las luces.
Tras agacharme para ver si se había soltado algo aprecié los destrozos: todos los cables estaban partidos y sueltos, incluso el cable que quedaba fuera del remolque y que lo une al coche estaba mordido, aunque no roto. Por suerte no le dio por morder el enganche, lo que habría significado una reparación más cara.
Contacté con el taller y llevé el coche a reparar. Allí, además de reponer los cables, los protegieron todos poniendo una canaleta de instalaciones, pero además me añadieron esta pequeña caja de aluminio para guardar el cable cuando no está en uso.
Eso sí la raja posterior sí es mía. La tuve que hacer con unas tijeras de cortar hojalata pues el cable no llegaba hasta el coche teniendo que pasar por la caja, ya que entra en ella directamente desde bajo del remolque.
Tags Remolque
3 comments