Atentados islam, vascos y corrección política

La semana pasada ha sido una semana negra para la libertad y la democracia. Una semana que comenzó por el atentado entre las estaciones Sennaya Plóshchad y Tejnologuícheski Institut del metro de San Petersburgo (realizada por inmigrantes asiáticos, posiblemente chechenos) y que laboralmente finalizaba con el atentado de Estocolmo del viernes de dolor, realizado por un Uzbeco, hay que sumar la muerte de Andreea Cristea, la mujer que cayó al Támesis el pasado 22 de marzo, el sábado  con la farsa de la entrega de armas de ETA: ni siquiera entrega todas las armas que robó en la fábrica francesa de Vauvert, junto a un montón de explosivo caducado o a punto de ello. Y como final de una semana sangrienta y de retroceso de las libertades el brutal atentado contra cristianos coptos durante la misa de Domingo de Ramos en Egipto.
Es cierto que no siempre hay que unir el terrorismo y la religión. En el caso de ETA y el IRA en más de una ocasión se ha resaltado (sobre todo en este último y en especial por medios británicos) el carácter católico de la mayoría de sus miembros. Sin embargo, el motivo principal de acción era, y sigue siendo en el caso de ETA, el nacionalismo; la idea de crear una nación vasca (tenga o no bases históricas) o la idea de la unificación de Irlanda del norte con Irlanda del sur, en el caso del IRA.
Por eso cuando el 13 de julio de 1997, ETA asesinó a sangre fría y tras varios días de secuestro a Miguel Ángel Blanco, después de que por primera (y lamentablemente única) ocasión la población del país vasco se manifestase masiva y contundentemente contra ETA, España gritó en aquella ocasión «Vascos sí ETA no». Era ya demasiados los muertos, y lamentablemente aun vendrían algunos más, producidos por una nefasta idea, cuyos participantes, fuesen o no de ETA, «cogían las nueces» del árbol atacado por ETA. Por eso, para el resto de la sociedad, el terrorismo de ETA y los vascos durante mucho tiempo ha sido lo mismo. Y tras ese breve paréntesis muchos volvimos a pensar lo mismo ante el silencio cómplice de la sociedad vasca y de los principales partidos nacionalistas con los atentados y disturbios realizados por ETA y su entorno.
Y el caso es que ahora pasa lo mismo con el terrorismo que está atacando a toda Europa, con la diferencia de que aquí no podemos encontrar una nación o un sentimiento nacional único detrás. Sí, hay casos puntuales como los chechenos, talibanes, Hezbolá Hamás que existe un movimiento nacional localizado, pero la mayoría de grupos como Estado Islámico, Al Qaida, Jemaah Islamiyah, Boko Haram, Al Shabaab, Al Nusra… tiene como objetivo, más que uno nacional, la expansión de la sociedad y religión islámica a cualquier ámbito de la vida y cualquier territorio. . Y, pese a lo mucho que calla la prensa en aras de la llamada «corrección política», lo mismo que, en general y salvo el caso puntual de Miguel Ángel Blanco, los nacionalista supuestamente moderados del PNV, EA,…etc, callaban, cuando no hacían declaraciones coincidentes con las de ETA; en este caso las organizaciones musulmanas de Europa, en su inmensa mayoría y salvo casos muy puntuales, callan y contemplan impávidas los atentados, como la mujer vestida con hiyab que fue fotografiada pasando indiferente al lado de uno de los heridos, mientras el resto de los presentes trataban de salvarle la vida.

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