Estamos en crisis… ya se ha venido anunciando por los «antipatriotas» durante meses, no se les ha hecho caso y, al final, la crisis ha llegado más fuerte, más dura y más dañina que a ningún otro país de Europa.
Somos el país que más paro tiene y crea en estos momentos… la nación en la que se destruye más empleo, en proporción a la población y, algunos días en términos absolutos. Hemos llegado a incrementar el paro, en algún mes, en más personas que Estados Unidos de América, pese a que ellos tienen unas diez veces nuestra población.
¿Y qué podemos hacer nosotros, en nuestra pequeñez individual, para aguantar el tirón? ¿Cómo podemos paliar la reducción de ingresos, si tenemos un comercio, o ahorrar por si nos vamos al paro?
Esta nueva sección tratara de ayudar, que no dar una solución que no veo, en pequeñas cosas para reducir nuestros gastos. Si queréis que sirva de altavoz a lo que vosotros hacéis también puede serlo… y lo que me enviéis vía comentario o vía correo electrónico se verá reflejado en un artículo dedicado y con mi agradecimiento.
De momento solo os puedo dar mis propias recetas.
Y la primera, importante en tantos sitios de España que el agua es tremendamente dura (es decir con mucha cal) nos permitirá ahorra una cantidad de dinero en nuestras compras relacionadas con el lavavajillas.
Nunca he entendido como es posible que la sal, refinada o gruesa, para cocinar fuera más barata (por kilo) que algunas marcas de sal para lavavajillas… hasta el punto que llegue a probar con sal gruesa de cocina una temporada… hasta que nos instalaron el descalcificador.
¿Qué tiene de especial, os preguntareis, la sal del descalcificador? En realidad nada, al igual que la del lavavajillas y las más comunes de cocina se limita a ser puro cloruro sódico. Ciertamente con las de cocina debemos llevar cuidado, pues las hay con diversos aditivos: Fluor, aromas, etc… que si bien para cocinar e ingerir son adecuados podrían no serlo para nuestra maquina.
En el caso concreto de la sal para descalcificador es eso, solo sal… y a un coste sensiblemente inferior.
